Lo normal es que todas las puertas de la entrada ya dispongan de mirilla instalada de fábrica. Aunque algunas veces nos encontraremos con que esto no es así o que simplemente, queremos cambiarla por una más grande o con mayor campo de visión. Hoy os contamos cómo poner una mirilla en la puerta.

Tipos de mirillas

Hay diferentes tipos de mirillas. Las más normales son las de latón que constan de dos cilindros. Uno de ellos es para la lente y otro de cristal, o también de plástico que es el que protege al de la lente. En la actualidad existen mirillas con un campo de visión tan grande que hasta nos permite ver si alguien está puesto de cuclillas, siendo así mucho más seguras para quien está dentro de la vivienda.

Antes de colocar la mirilla que hayamos comprado, tenemos que quitar la mirilla que está en la puerta. Normalmente se hace de manera muy sencilla, simplemente desenroscando las dos piezas que tiene. Con la ayuda de un simple destornillador, si no podemos hacerlo con las manos, podremos quitar en muy poco tiempo la mirilla antigua para sustituirla por la nueva.

Colocar la mirilla en puerta

Una vez tengamos quitada la mirilla vieja, debemos colocar la nueva que hemos comprado. Antes de nada debemos comprobar que el grosor del tubo es el mismo para ambas mirillas. Si esto es así, se coloca y se aprieta la nueva quedando instalada en poco tiempo. Sin embargo si la nueva mirilla es más ancha que la anterior, en este caso, hay que hacer más grande el agujero de la puerta dónde estaba puesta la mirilla vieja.

Para hacer el agujero más grande debemos usar un taladro y una broca lima, parecida a una normal pero con estrías. Haremos el agujero del mismo grosor que la mirilla nueva, haciéndolo con mucho cuidado con la broca lima que irá desgastando la madera hasta tenerlo hecho del tamaño que queramos. Una vez terminado de hacer el agujero, bastará con colocarla y apretar por ambos lados o enroscar, según el modelo que compramos. De esta forma, en muy pocos minutos tendremos instalada la mirilla nueva.