En la actualidad muchos Ayuntamientos de ciudades europeas están más concienciados que nunca con el cambio climático y por ello quieren fomentar las ciudades verdes en sus municipios. Ya podemos encontrar algunos ejemplos de este nuevo orden en las ciudades en las que se priman las bajas emisiones y el crecimiento de los espacios naturales para conseguir ciudades cada vez más pensadas para sus habitantes.

¿Qué es una ciudad verde?

Son ciudades con bajos niveles de contaminación en las que podrás encontrar numerosas zonas verdes, que son respetuosas con el medio ambiente gracias a que tienen bajas emisiones de gases contaminantes y utilizan una edificación de carácter sostenible. Para que una ciudad sea considerada como verde todas sus infraestructuras deben estar destinadas a que se cumplan las premisas mediante la sostenibilidad energética, la correcta gestión de los residuos y nuevas construcciones que sean respetuosas con el medio ambiente y que integren espacios naturales.

Durante el año 2018, Greenpace en su objetivo de constituir un mundo con más ciudades verdes ha lanzado un reto a distintas ciudades españolas. Un total de diez participan en este proyecto que tiene como objetivo convertirlas en localidades pioneras para lograr ciudades cada vez más sostenibles. Las elegidas para formar parte de este reto han sido: Albacete, Barcelona, Madrid, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Soria, Valencia y Zaragoza.

Por lo general los españoles vivimos en ciudades (80 por ciento) y en este tipo de lugares existen altos consumos de energía, se producen más residuos y se emiten más gases contaminantes a la atmósfera. Por este motivo en el año 2006, la Comisión Europea decidió poner en marcha una iniciativa que tenía como objetivo la creación de la Capital Verde Europea, por la que el esfuerzo principal en la mejora del medioambiente se centrarse en las zonas urbanas.

Capital Verde Europea

Se trata de un galardón pensado para aquellas ciudades que cumplan con las normas medioambientales más estrictas y que promuevan medidas cada vez mejores para mejorar la vida urbana saludable. Para ello, se deben de poner en marcha distintas acciones como la cooperación y la asociación entre las instituciones, las empresas y los ciudadanos, creación de planes de movilidad sostenible, mejor gestión de residuos, soluciones contra la contaminación acústica y creación de zonas verdes.

En el año 2012, la ciudad de Vitoria se convirtió en Capital Verde Europea gracias a sus políticas medioambientales y la colaboración ciudadana de sus habitantes. Se redujeron las emisiones de gases contaminantes y se impulsó un plan de movilidad sostenible con el objetivo de mejorar y modificar la forma en la que los ciudadanos usaban el transporte realizando una apuesta más firme por los medios de transporte colectivos y sostenibles. También se mejoró el acceso a los servicios para que los ciudadanos pudiesen disfrutar más del espacio urbano. Se creó un Anillo Verde compuesto por parques que circundaban la ciudad. Gracias a estas medidas, la contaminación del aire se ha reducido de manera considerable y es una de las ciudades en las que el aire es de mejor calidad. Además de todo ello se elaboró un mapa ruido y cuentan con una normativa al respecto para garantizar la reducción de este tipo de contaminación.

La participación ciudadana fue esencial para poder lograr este título, ya que los vitorianos se implicaron al máximo en el reciclaje y en la no utilización de productos cuyos envases generasen residuos innecesarios o peligrosos. Esto se suma a la concienciación sobre el consumo de electricidad y agua en las casas de los habitantes de la ciudad en su uso cotidiano.