Y es que ¿realmente son más rentables los radiadores de calor azul? Hagamos una comparativa de los diferentes tipos de calefacción y comprobemos si es así o no. En primer lugar, tenemos que saber que los radiadores de calor azul se diferencian en su estructura, pues la parte exterior es de aluminio, tienen una pantalla azul digitalizada y un fluido interno (aceite) que transmite el calor.

Ventajas y desventajas del calor azul

Para conocer cómo funcionan estos radiadores tendremos que imaginarnos una estufa eléctrica o un secador, es decir, un funcionamiento basado en lo que se conoce como el efecto Joule. Se trata de una resistencia que calienta dicho fluido (en este caso, como comentábamos antes, el aceite) y que al mismo tiempo tiene que calentar una carcasa exterior que es la que proporciona calor a la habitación.

  • Una de las principales ventajas que tienen es que generan una temperatura más homogénea que los radiadores tradicionales y emiten el calor en todas direcciones.
  • El fluido con el que funcionan, el aceite, cuenta con una gran inercia térmica, así que necesitan menos energía para dar el mismo calor que el resto de radiadores.

Diseño innovador y mayor vida útil

Además, el sistema de fijación de los radiadores a las paredes es muy simple, sus diseños son más innovadores y cuentan con una mayor vida útil. Podemos programarlos de manera individual y tienen sistemas de seguridad en caso de riesgo de incendio que limitan el calor hasta que el problema se solucione.

Sin embargo, no todo es perfecto, ya que los radiadores de calor azul también cuenta con algunas anomalías, como por ejemplo:

  • Su rendimiento (la relación entre la energía que aportan y la energía que consumen) es del 100 %, algo bajo si lo comparamos con el rendimiento de las bombas de calor que es del 360 %.
  • Pero, además, la producción de calor mediante la energía eléctrica es más cara que la de otras instalaciones.

En definitiva, en función de las necesidades de cada casa el calor azul resultará más o menos rentable que los radiadores tradicionales, aunque existen soluciones más eficientes y, a medio plazo, más rentables en las que invertir.

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