La ducha es un elemento imprescindible si quieres que el agua de tu piscina se mantenga limpia. Pero también es fundamental a la hora de eliminar el cloro y otros productos químicos que se hayan depositado en tu piel. A continuación, te contamos los tipos de ducha para piscina que existen.

Duchas convencionales

Son duchas para las que es necesario invertir un dinero en la obra. Constan de una estructura con un grifo y la ducha en una base de cemento. Es decir, las que vemos en la mayoría de piscinas, tanto públicas como privadas. Son económicas, funcionales y de fácil instalación.

Suelen estar fabricadas en acero inoxidable, y están conectadas directamente al agua corriente. No ofrecen la posibilidad de elegir agua caliente, siempre sale fría.

Duchas solares

Las duchas solares están en pleno auge, ya que son cómodas, confortables y permiten elegir agua caliente o fría.

Este tipo de duchas para piscina funcionan mediante un depósito de agua (normalmente de entre 20 y 40 litros) que se calienta gracias a la acción de los rayos del sol. Así, podemos elegir usar el agua caliente almacenada en el depósito o la fría proveniente de la red.

Al no emplear ningún tipo de energía eléctrica o gas natural, es la opción más respetuosa con el medio ambiente si se quiere tener agua caliente. Y, aunque tienen un precio ligeramente más elevado, aun así, compensan.

Duchas portátiles para piscina

Son las más sencillas de colocar, ya que no requieren instalación previa. Constan de un trípode o pincho, generalmente de aluminio o acero, que se acopla a la manguera de riego (hay que poner una junta de estanqueidad para evitar filtraciones).

Tienen la ventaja de que se pueden mover a cualquier parte de la piscina. Además, son regulables en altura, pudiendo llegar hasta los 2 metros.

Duchas escocesas para piscina

Cuentan con varios grifos a lo largo de la propia estructura para generar chorros de agua por varios lados y llegar a distintas partes del cuerpo.

Este tipo de duchas son las que se suelen encontrar en los SPA, pero también se está imponiendo su uso en piscinas, creando una mayor sensación de bienestar. Es, sin duda, uno de los tipos de duchas más sofisticadas.

Consejos previos

Antes de elegir el tipo de ducha para piscina que más te conviene, debes tener en cuenta varios aspectos:

  • Material: la mayoría de las duchas suelen estar fabricadas en PVC, acero inoxidable o resina, siendo las de acero inoxidable las más recomendables, ya que tienen una alta durabilidad.
  • Instalación: encontrarás duchas que requieren una instalación previa y otras que no. Para las primeras, ten en cuenta que tendrás que colocarlas cerca de una toma de agua y que son fijas, por lo que hay que planificar bien su ubicación.
  • ¿Quieres agua caliente? Si es así, debes tener en cuenta el tipo de ducha que te ofrece esta cualidad, ya que la mayoría funcionan solo con agua fría.