Con el mes de septiembre llega el fin de la temporada de baños, y, aunque en muchos casos se puede seguir disfrutando de buen tiempo y piscina, es hora de ir pensando en su cierre. Los cambios bruscos de temperaturas que se producen en algunas zonas de España hacen especialmente recomendable informarse sobre el mantenimiento que hay que hacer en la piscina en invierno para evitar que el vaso sufra daños y favorecer que el agua se pueda reutilizar en el verano siguiente.

Los tratamientos que se pueden llevar a cabo son variados. En la mayoría de los casos se suele usar una lona que la cubre por completo, así como productos químicos, pero si no quieres adquirir una lona, pero quieres conservar el agua pura y cristalina durante los meses de frío, te contamos cómo hacerlo.

¿Por qué conservar el agua durante el invierno?

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Hace unos años, el mantenimiento de las piscinas durante las estaciones frías era muy complicado: había que vaciar la instalación, limpiarla en profundidad, y llenarla con agua nueva, una opción costosa y muy poco ecológica, ya que suponía un gasto considerable de agua, además de una forma de contaminación al arrojar a los ríos una gran cantidad de agua tratada químicamente.

Por suerte, con el paso del tiempo han surgido otras opciones mucho más económicas y respetuosas con el medio ambiente, como la hibernación, que permite mantener el agua sin contaminar de una temporada a otra y que no siempre requiere de una lona para conseguir buenos resultados.

Lo que nunca se debe hacer es vaciar la piscina en invierno, ya que las condiciones meteorológicas de los meses de frío pueden hacer que las juntas de gresite se ensucien y, en el peor de los casos, se formen grietas y fisuras. Recuerda, en todo caso, que para proteger todos los bienes de tu casa y tu piscina, dispones del Seguro de Hogar MAPFRE.

Mantenimiento de la piscina en invierno: técnica de hibernación

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La técnica de hibernación se debe aplicar siempre que el agua esté a una temperatura inferior a los quince grados, o cuando haya terminado la temporada de baños.

Lo ideal es usar de forma conjunta una lona, pero si no quieres usarla, debes tener en cuenta que la cantidad de químicos tiene que ser superior, ya que al estar expuesta al sol y a la suciedad, el agua se puede enturbiar.

Pasar el limpiafondos

Usa floculante y limpiafondos una semana antes de cerrar la piscina, y repite el proceso el mismo día que apliques el alguicida.

Controlar el pH

Uno de los aspectos más importantes es el control del pH del agua. Por ello, debes comprobar que el agua se mantiene en los valores correctos (entre el 7.2 y el 7.6). De esta manera, evitarás la aparición de algas y que el agua se vuelva turbia. Si no está en los niveles correctos, usa concentrados, diluyentes o cualquier otro mecanismo para balancear la química.

Desinfectar el agua

Realiza un tratamiento desinfectante de cloro y alguicidas para evitar la descomposición del agua, sobre todo en aquellas piscinas que tengan vegetación a su alrededor. Este tratamiento se administra dos veces durante el invierno: una, cuando acaba de terminar la época de baños, y otra, a mitad de temporada, entre enero y febrero.

Realiza la cloración de choque eligiendo entre varias alternativas químicas: hipoclorito de calcio, hipoclorito de litio, ácido dicloroisocianúrico, o de sodio no clorado.

En cuanto al alguicida, debes verterlo cuatro días después de haber administrado el cloro. Si lo usas antes, perderá su eficacia, y si esperas más de la cuenta, tendrás que repetir el proceso.

Iniciar el tratamiento invernador

Una vez ajustado el nivel de pH y de haber realizado el tratamiento de cloro, hay que añadir un producto químico invernador, que se comercializa en formato líquido y sólido, y dejar el sistema de filtrado activo durante unas ocho horas para que se reparta el producto por toda la piscina.

Debes hacer esto dos veces: una al principio de proceso y otra entre el mes de enero o febrero.

Inconvenientes de no usar lona

Recuerda que, al no usar lona, la concentración de cloro y alguicida debe ser superior. Además, es aconsejable que en días puntuales limpies la superficie de los deshechos que hayan podido caer, y una vez a la semana, uses floculante y limpiafondos (siempre que el agua no se haya congelado).

Además, se recomienda dejar un flotador o un bidón de plástico flotando en el agua para evitar que ésta se congele.

Y cada dos o tres semanas, debes poner en marcha la bomba de la piscina con la válvula selectora en posición de filtración durante unas tres horas.