Aunque pueda parecer que las piscinas de sal son un invento reciente porque en nuestro país aún no se utilizan demasiado, lo cierto es que en otros países suponen el sistema de referencia. Algunos de los beneficios que han llevado a que crezca el número de instalaciones son su comodidad, un precio más económico y un método más natural de desinfección.

A diferencia de las piscinas de cloro, en las que se añade este producto químico para desinfectar el agua, en las de sal se instala un clorador salino que se encarga de convertir la sal que se añade en hipoclorito sódico. Esta sustancia limpia el agua del mismo modo que el cloro convencional, pero la ventaja reside en que se reconvierte de nuevo en sal cuando se descompone, y así una vez tras otra.

Otros aspectos que te ayudarán a decidir son:

  • Teniendo en cuenta el mecanismo de las piscinas salinas que hemos explicado antes, se puede decir que su mantenimiento se realiza prácticamente solo. En el caso de las piscinas habituales, es necesario añadir la cantidad de cloro adecuada, medir el nivel de pH, etc.
  • La inversión en una piscina de sal es mayor que en una de cloro, aunque posteriormente este desembolso se compensa por el ahorro en productos químicos (la sal es más económica que el cloro y además solo se necesitan entre 5 y 6 gramos por cada litro de agua) y en tiempo de conservación, ya que la única acción que exigen las piscinas salinas consiste en echar sal en el clorador salino de forma ocasional cuando se produzca alguna fuga.
  • Las tareas de mantenimiento, como por ejemplo limpiar las paredes y el fondo, mantener los filtros o depurar el agua, son trabajos que hay que realizar igualmente ya se trate de una piscina de cloro o sal.
  • El uso de productos químicos en las piscinas salinas es casi inexistente, por lo que esta modalidad es mucho más sostenible para el medio ambiente que la de cloro.
  • Quienes detesten el olor a cloro y la textura del agua clorada, pueden encontrar la solución en las piscinas de sal, ya que en estas el agua es mucho más ligera y agradable.
  • Lo mismo sucede con el escozor y picor de ojos que aparece en las piscinas de cloro. Las de sal no presentan estos problemas, dado que el tipo de sal que se utiliza es totalmente inofensivo.
  • Desde el punto de vista de las familias con niños, es muy probable que estos traguen agua mientras están jugando en la piscina. En este sentido es menos perjudicial para la salud el agua con sal que el agua clorada.
  • La sal disminuye la aparición de algas en el agua y evita que se congele cuando el termómetro baja de los cero grados.

Conociendo los pros y los contras de una piscina de cloro o sal, podrás analizar qué opción se ajusta más a tus necesidades, tanto si quieres instalar una en tu vivienda como si estás buscando alguna pública para aliviar el sofocante calor del verano. En el caso de que se trate de una instalación privada, además de decidir el sistema, lo más recomendable es contratar un Seguro de Hogar MAPFRE que incluye todas las coberturas necesarias para tu hogar, para que sólo tengas que preocuparte de darte un baño.