El ingenio es un gran aliado a la hora de ganar metros en una vivienda pequeña. El color de la pintura, la disposición de los muebles o la inclusión de espejos en la decoración pueden ayudar a ampliar visualmente una estancia. Pero la mejor forma de ganar unos centímetros reales es con la instalación de puertas correderas. Las hay de muchos formatos y estilos, pero todas cumplen una función: ahorrar espacio.

Puerta corredera empotrada

Es la clásica corredera cuya hoja queda oculta en el tabique cuando se abre. Este sistema de apertura y cierre hace que la puerta desaparezca por completo sin perder su funcionalidad. Sin embargo, tiene un gran inconveniente, y es que para su instalación es necesario hacer obras.

Puerta telescópica

Este tipo de puertas constan de dos o tres hojas yuxtapuestas que se deslizan sobre guías paralelas instaladas en el suelo o en el techo hasta quedar unas encima de las otras y completamente ocultas en el tabique.

Son ideales cuando se quiere instalar una puerta corredera de obra, pero el tabique no es lo suficientemente largo como para esconder el retroceso de una hoja entera.

Puerta con rieles a la vista

Una interesante forma de incluir una puerta corredera sin hacer obras es mediante puertas correderas con rieles a la vista. Su instalación es muy sencilla: basta con colocar un sistema de rieles sobre la pared y anclar la puerta. Además, no es necesario engrosar el tabique para esconder la hoja, ya que ésta queda en uno de los lados. Esa es también su desventaja, pues no se puede colocar nada en esa pared, pero se compensa usando la propia puerta como elemento decorativo.

Este tipo de puertas están en pleno auge, y se pueden encontrar en muchas versiones, como la de esta imagen, en la que se ha reciclado una puerta antigua:

Las puertas de estilo granero, muy populares, se integran bien en cualquier ambiente decorativo:

También se pueden encontrar versiones más rústicas, como la de este ejemplo. En ella, además, se ha incorporado un espejo, lo que ayuda a ampliar visualmente el espacio y, al mismo tiempo, reflejar la luz en su superficie. Las puertas con espejo funcionan muy bien en recibidores, pasillos y dormitorios.

Puerta corredera minimalista

Las puertas correderas minimalistas separan diferentes espacios y crean una sensación de amplitud. Esto se consigue gracias a una puerta simple y elegante que se ejecuta como si fuera la continuación de la pared, y que se mueve por una guía encastrada en el techo. El resultado no puede ser más limpio.

Puerta corredera de cristal

Si quieres hacer que dos estancias se fusionen, lo mejor es optar por puertas correderas de cristal. Sus principales ventajas son que, al eliminar obstáculos visuales, aumentan la sensación de espacio; dejan que la luz fluya por todos los rincones; y, cuando se colocan en la cocina, permiten disfrutar de una cocina integrada en el salón sin sufrir los humos y olores que desprende.

Eso sí, estas puertas no son las más adecuadas si lo que se busca es privacidad.

Para solventar este problema (la falta de intimidad) se puede recurrir al cristal templado o traslúcido, que deja pasar la luz, pero difumina los objetos que hay en la estancia contigua.

Puertas correderas open concept

Las puertas correderas permiten jugar de diferentes maneras con los distintos espacios de la casa. Se puede crear una estancia abierta y diáfana durante el día que, por la noche, se trasforma en dos habitaciones.

El ejemplo de la imagen muestra una puerta corredera que cubre toda la pared, compuesta por cuatro hojas que se pueden cerrar más o menos según el grado de intimidad que se busque en cada momento.

Puerta corredera plegable

Son aquellas cuya hoja se pliega, de forma similar a un acordeón, al deslizarse por un sistema de raíles hasta que sus elementos quedan apilados a uno de los lados.

Es una opción económica, funcional y de fácil instalación. Sin embargo, no consigue un buen aislamiento acústico y, estéticamente, no llegan al nivel de las puertas correderas anteriores.

Puerta apilable

Se suelen usar de cristal y sin marcos verticales para separar el interior de la vivienda de la terraza o el jardín, ya que tanto cerradas como abiertas permiten una vista completa de la zona exterior.

Se trata de un sistema de paneles independientes, cada uno de los cuales integra un cabezal que se desliza mediante rodamientos superiores o inferiores por un canal hasta quedar apilados en uno de los lados. Lo bueno de ser apilables es que se pueden adaptar a espacios rectos y curvos.

Estas puertas correderas te permitirán ahorrar espacio y, al mismo tiempo, ganar en privacidad y calma. Además, para que tu casa se convierta en un oasis de tranquilidad, dile adiós a las preocupaciones propias de una vivienda con un Seguro de Hogar MAPFRE, la póliza más competitiva del mercado y con todas las prestaciones y servicios que necesitas.