Los ánodos de magnesio se engloban dentro de la categoría genérica de los ánodos de sacrificio. Se trata de unos componentes que actúan como barrera protectora frente a la corrosión para evitar que las piezas metálicas de la caldera o de otros dispositivos se dañen.

La forma de estos elementos consiste en una barra de magnesio, aluminio o zinc, que rodea una varilla de acero. A su vez, están sujetos en el tanque que se pretende proteger, aunque en función del tamaño del depósito es preciso utilizar uno o más de estos componentes. En cualquier caso, constituye una parte fundamental en cualquier equipo de calefacción y agua caliente sanitaria.

¿Cómo funciona un ánodo de magnesio?

Para conseguir que los componentes metálicos de la caldera o el calentador no se oxiden, los ánodos de magnesio reciben en primer lugar la corrosión que se produce en el interior de estos aparatos. De este modo, se oxidan más rápido que las piezas que se encuentran alrededor, ya que se encargan de absorber los residuos de la oxidación que se origina cuando se calienta el agua.

A través de esta solución, que se conoce como sistema de protección catódica, se evita que los componentes metálicos que se encuentran sumergidos permanentemente se dañen de forma prematura. No hay que olvidar que estos deben mantenerse en perfecto estado para que el sistema de climatización y agua funcione de forma adecuada.

¿Dónde se encuentran los ánodos de magnesio?

Esta tipología de ánodos de sacrificio se localiza en el depósito de agua de las calderas y los calentadores. Por norma general, se suelen encontrar en la parte superior del estanque, aunque según el modelo también es posible que estén ubicados en el lateral.

Los modelos tradicionales tienen un diseño universal, lo que permite que se puedan colocar en cualquier aparato, independientemente de la marca o la forma. No obstante, es importante asegurarse que la longitud del ánodo se corresponde con la del equipo que se pretende proteger.

¿Es necesario cambiar los ánodos de magnesio?

Dado que los ánodos de magnesio están expuestos a un trabajo constante, su desgaste suele ser relativamente rápido. Es aconsejable prestar atención a su estado para sustituirlo antes de que deje de cumplir su función y el aparato pueda llegar a oxidarse e incluso perforarse debido a la oxidación.

A grandes rasgos, se recomienda cambiar este elemento protector al menos una vez al año. No obstante, se debe tener en cuenta que el nivel de desgaste varía según el uso que se haga de la caldera o del calentador, la dureza del agua o la calidad de la instalación. En cualquier caso, no es aconsejable mantener el mismo ánodo de magnesio durante más de tres años.

Además de comprobar estos ánodos de sacrificio de forma periódica, es importante disponer de un Seguro de Hogar MAPFRE que ofrece las prestaciones más completas para que todo el equipamiento de la casa esté siempre a punto. Gracias a la amplia oferta de pólizas es posible elegir las coberturas que mejor se adapten a las necesidades del núcleo doméstico.