Consejos para abonar tus plantas en verano

Consejos para abonar tus plantas en verano
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La primavera es una estación muy activa en jardinería, las plantas de verano se preparan para lucir en su estación y otras empiezan ya a florecer o dar sus frutos. Las tareas más importantes son el abono y el riego.

Resumen del contenido

  1. Abonar siempre
  2. Modificar el riego
  3. Ubicación de las plantas
  4. Fumigar

Los primeros calores de la primavera alertan a los jardineros que la época de máxima actividad en sus plantas ya ha llegado, es importante no tardar en ponerse manos a la obra para que tus plantas de verano no sufran y estén preparadas para sobrevivir durante la época de más calor. Te contamos cómo puedes cuidar tus plantas en verano para que puedan desarrollarse correctamente.

Abonar siempre

Aportar nutrientes a la tierra de las plantas es prioritario en primavera y en verano, cuando el desgaste es mayor. Por tanto, será recomendable que realices esta tarea desde comienzos de primavera hasta el mes de octubre, siempre atendiendo a las necesidades de cada una de ellas. Si tus plantas están en maceta será necesario que las abones cada 15 o 20 días, mientras que si se encuentran en el jardín, bastará con hacerlo una vez al mes.

Otro punto a tener en cuenta es elegir el abono adecuado para cada planta, ya que cada una tiene una serie de necesidades específicas. Los abonos ayudan sirven para nutrir la planta y a hacer que esta crezca de la manera correcta. En el mercado encontrarás muchas opciones que sirven para cubrir las necesidades de tus plantas, pero en verano deben adecuarse a las condiciones que se requieren en cada momento. Una buena opción es usar abonos ricos en nitrógeno en primavera para ayudar al crecimiento de la planta y sustituirlos por otros con más potasio y fósforo en los meses estivales. De esta forma conseguirás una mejor resistencia al color y favorecer la floración.

El abono puede ser casero o químico, lo importante es que este aporte los nutrientes necesarios para la planta. Normalmente los químicos cuentan con una formulación especial que ayuda al desarrollo de las plantas, pero puedes lograr muy buenos resultados con otros más ecológicos.

Por ejemplo, puedes usar el agua de hervir los huevos o la verdura, siempre sin sal, posos de café con azúcar, leche fría con una cucharada de miel… hay muchas opciones. Por otro lado, puedes crear tu propio compost usando los restos vegetales que se producen en la cocina, triturándolos y dejando que se descompongan para aportar los nutrientes que necesitan tus plantas.

Modificar el riego

Debido a las altas temperaturas, las necesidades de agua de las plantas cambian y en los meses estivales necesitarán una mayor cantidad. Si bien algunas especies toleran bien el calor y se puede decir que son capaces de autorregularse, la mayoría de las plantas necesitarán que modifiques el riego.

Si riegas de forma manual, es probable que desde la primavera y hasta que acabe el verano tengas que aumentar la frecuencia de riego y la cantidad de agua que dispensas a cada una de tus plantas o partes del jardín.

Si tienes riego automático, la tarea se vuelve un poco más sencilla, ya que tan solo deberás reprogramar el sistema para que se adapte a las nuevas necesidades de tus plantas en las épocas de más calor. Revisa los tiempos para que tus plantas estén en las mejores condiciones, para reprogramarlo y ponerlo a punto debes tener en cuenta que también la hora adecuada para el riego cambia en época estival y que lo más recomendable para evitar que las plantas se dañen es hacerlo en las horas de menos calor, es decir, al amanecer o al anochecer.

¿Te vas de vacaciones? En verano, el riego no puede posponerse mucho más de un día por lo que recuerda que cuando te marches de vacaciones tendrás que tener instalado algún sistema de riego automático para tus plantas, sean estas de interior o de exterior. En la actualidad tienes muchas opciones para hacerlo, aunque el uso de unas u otras dependerá del tiempo que pases fuera. Recuerda que siempre tienes la opción de pedir a alguien de confianza que acuda a cuidar de tus plantas. No obstante, si esto no es viable podrás adquirir conos de autorriego o geles de hidratación que te permitirán mantener la humedad adecuada de una forma sencilla y barata.

Por otro lado, puedes optar por incorporar granos de arroz a la tierra para que las plantas sean capaces de regular mejor la temperatura y conservar mejor la humedad cubriendo las macetas más expuestas al sol con corteza de pino o fibra de coco. Estos materiales hacen que el agua no se evapore tan rápido con el calor.

Pero si buscas una solución más cómoda, siempre puedes decantarte por las macetas autorriego para tus plantas de interior o aquellas que no están plantadas directamente en tierra. Se trata de un sistema de riego pasivo, en el que el agua se absorbe por capilaridad desde un depósito. Solo tendrás que preocuparte de llenar el depósito y la planta irá absorbiendo el agua que necesite en cada momento.

Ubicación de las plantas

Los jardines exteriores y sobre tierra no pueden moverse según los cambios estacionales o las necesidades concretas de una planta, por eso, siempre se recomienda un estudio previo a la plantación de un jardín o huerto para diseñar una organización para las plantas que sea adecuada. Lo habitual es agrupar las plantas con semejantes necesidades o las que conviven bien en compañía. Si tu jardín está bien distribuido, no tendrá problemas en verano.

Cuando se trata de macetas o plantas que se pueden mover, es recomendable realizar una reubicación para evitar exponerlas durante demasiado tiempo al calor intenso y directo. Por ello, puedes buscar lugares con luz natural y sol, pero moderado, que no las queme. Una buena opción es siempre utilizar toldos o sombrillas, aunque también puedes aprovechar la sombra de plantas o árboles para evitar que las hojas se quemen. En el caso de que tu balcón o terraza no tenga sombra y por su ubicación, tus plantas estén muy expuestas a las altas temperaturas y el sol directo, puedes utilizar otros productos que funcionan muy bien para ayudar a bajar algunos grados y evitar los rayos durante las horas centrales del día. En el mercado encontrarás mallas de sombra o cortavientos que te ayudarán a reducir el estrés térmico de tus plantas, manteniendo una temperatura más constante.

Fumigar

Al igual que las plantas, los insectos y otros bichitos habituales en los jardines aparecen y están más activos en verano por lo que deberás estar atento a ellos. Dedica un tiempo de forma regular a observar todas tus plantas, con especial atención en las zonas conflictivas como los tallos o el envés de las hojas.

En algunas especies es recomendable fumigarlas de forma preventiva en primavera para evitar que plagas habituales se instalen en ellas durante la floración. Por lo que hacerlo a tiempo es fundamental para que tus plantas no se vean afectadas.

La regularidad en la aplicación de pesticidas es básica para que sean efectivas, tanto si usas productos naturales como recursos químicos será necesario que compruebes si las condiciones y necesidades de tus plantas cambian con la llegada de las altas temperaturas. En este sentido puedes usar pesticidas ecológicos como jabón potásico, aceite de neem o infusiones de ajo y ortiga que son muy eficientes y respetuosas con el medio ambiente.

Al igual que con el riego, la hora a la que apliques el pesticida también es importante, por ello, evita siempre fumigar en las horas en las que el sol se encuentre en su máximo apogeo y realiza esta acción al atardecer. De esta forma conseguirás que el producto se absorba mejor, que la evaporación de este sea menor y evitarás que las hojas puedan quemarse.

La intensidad de las tareas de jardín que exige el buen tiempo siempre te lo recompensan tus plantas en verano luciendo perfectas, saludables y en todo su esplendor. Ten en cuenta que si tienes jardín interior o has decorado con plantas tu hogar, el agua y la humedad pueden jugarte malas pasadas y estropear paredes o suelos en cualquier descuido o en tu ausencia, pero con las coberturas adecuadas a tus necesidades el Seguro de Hogar MAPFRE repara los daño y tu casa siempre luce en perfecto estado.

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