El farolillo chino, una planta muy original
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Desde Japón, llegan muchas plantas originales, el farolillo chino es una de ellas que gana en popularidad en occidente por su belleza y por la utilidad y las posibilidades que permiten sus frutos, que son comestibles.
Physalis alkekengi es el nombre científico del farolillo chino, que también se denomina popularmente corazoncillo. Su altura ronda los 60 centímetros, es una planta herbácea perenne con flores pequeñas y de color blanco, dentro de las cuales crecen unas pequeñas bayas -el fruto- que son aptas para el consumo.
Cuidados del farolillo chino:
• Cultiva en lugares luminosos, pero no de exposición directa ni continua al sol.
• Necesita de riegos continuos, aunque moderados, con especial constancia en las épocas de sequía.
• Se puede plantar en primavera, a partir de semillas, con una separación de unos 30 centímetros, y florece en verano.
• Es una planta resistente a las principales enfermedades, pero debes cuidar que las raíces no se pudran por exceso de agua.
El valor ornamental de esta planta viene dado por el llamativo contraste entre el cáliz de sus flores y las hojas verdes. A finales de verano y principio de otoño, el cáliz de las diminutas flores blancas empieza a crecer y a hincharse, tornándose rojo y dando lugar a unos alegres farolillos que cuelgan de las ramas de esta planta y dan el nombre a la misma.
• En otoño, se recolectan las bayas que se encuentran en plena madurez y en sus mejores condiciones de sabor y propiedades.
• Las bayas del farolillo chino son muy apreciadas en Japón y se utilizan como ingrediente clave en la medicina tradicional.
• Este fruto es de sabor dulce y contiene altas concentraciones de vitamina C, puede usarse para hacer confituras y mermeladas, como decoración en repostería y combina bien en ensaladas.
Entre las plantas originales, el farolillo chino destaca por su combinación de valor estético y utilidad en la cocina, por lo que puedes cultivarla en tu jardín para disfrutar de su alegre presencia y mejorar tus recetas y dulces con sus frutos durante el otoño. El Seguro de Hogar MAPFRE se encarga todo el año de la protección y seguridad de tu vivienda, sin excepciones, para que tú disfrutes de tus aficiones como la jardinería o la repostería.
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