Qué hacer cuando la lavadora no centrifuga

Qué hacer cuando la lavadora no centrifuga
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Si has notado que la lavadora no hace el ruido habitual al centrifugar y que la ropa sale muy húmeda, no hay duda: tu lavadora no centrifuga. A continuación, te contamos por qué ocurre y cómo solucionarlo.

Resumen del contenido

  1. ¿Por qué motivo la lavadora no centrifuga?
  2. Comprueba si está enchufada y con la carga adecuada
  3. Mala distribución de la carga
  4. Tubo del desagüe doblado o atascado
  5. Puerta mal cerrada
  6. Ropa atascada en el tambor
  7. Fallos mecánicos
  8. Embrague dañado
  9. Fallo en la correa del motor
  10. Problemas relacionados con el centrifugado
  11. La lavadora hace ruido, pero no centrifuga
  12. La lavadora no centrifuga y tira el agua
  13. Olor a quemado

En todas las casas hay una lavadora, un elemento imprescindible en el día a día, pero qué ocurre cuando esta falla y, por ejemplo, no centrifuga como debe o simplemente no lo hace. Es un problema importante, que en la mayoría de las ocasiones tiene fácil solución. Te contamos cuáles son las causas principales para que una lavadora no centrifugue y qué puedes hacer cuando esto ocurre.

¿Por qué motivo la lavadora no centrifuga?

Lo primero que debes hacer para poder solucionar el problema es saber cuál es la causa que está llevando a tu lavadora a no realizar esta función. Hablamos de la que la lavadora no centrifuga cuando el tambor no gira de la manera adecuada haciendo que la ropa no se limpie como debe y que no se extraiga el agua procedente del lavado, lo que provoca que salga mojada y sucia. Y entonces, ¿cuáles pueden ser los motivos por los que la lavadora no funciona?

Comprueba si está enchufada y con la carga adecuada

Si tu lavadora no centrifuga, lo primero que debes hacer es comprobar que el cableado no esté suelto y que esté en buen estado. Si está todo en orden, y el problema solo se presenta algunas veces, puede deberse a un exceso de ropa. Cuando el tambor está muy cargado se dificulta el proceso de centrifugado. En este caso, lo mejor es hacer cargas medias para que la ropa pueda girar con libertad.

Mala distribución de la carga

Para que la lavadora centrifugue es necesario que la carga de la ropa y la distribución sean las adecuadas. Muchas veces, el problema viene derivado de que hay prendas muy pesadas que se lavan junto a otras más livianas, lo que dificulta el centrifugado. Si este es el problema, la mejor opción es abrir la lavadora y distribuir la ropa de forma uniforme para que se pueda mover con libertad dentro del tambor. Una buena opción es separar las prendas pesadas del resto para que la velocidad de centrifugado sea uniforme, ya que cuanto más peso tenga el tambor, menor velocidad alcanzará el aparato.

Tubo del desagüe doblado o atascado

Para que la lavadora drene correctamente el agua necesita que el tubo de desagüe esté en buenas condiciones. Si el tubo se ha doblado, dañado, o atascado por la acumulación de restos de suciedad, detergente, pelusas o incluso algún pequeño objeto, la pieza no cumplirá su función, que es la de vaciar de agua la lavadora. Esto, además de al centrifugado, puede afectar también al ciclo de lavado y al del aclarado.

En este sentido, la solución también es sencilla, lo primero que deberás hacer si notas que hay agua en el tambor es apagar la lavadora y seguir el recorrido del tubo. Si encuentras alguna parte doblada o dañada tendrás que sustituirlo por uno nuevo. En caso contrario, puede que esté atascado. Por otro lado, deberás comprobar también si el filtro de la bomba está bien o si tiene algún fallo, en este caso, también deberás sustituirlo.

Cuando el tubo está atascado, lo más probable es que sea a causa de algún pequeño objeto como una moneda o un botón, por lo que deberás retirarlo. Para limpiarlo, extrae el tubo de la máquina (saldrá un poco de agua), inserta una serpiente de drenaje y gírala hasta que notes que no hay nada que oponga resistencia. Para comprobar que se ha limpiado, vierte agua en el tubo y fíjate en que pase con normalidad.

Puerta mal cerrada

Parece algo obvio, pero muchas veces el problema puede proceder de la puerta, ya que, si esta no está bien cerrada, el aparato no podrá centrifugar y el ciclo se detendrá. Si este es el problema, deberás abrirla de nuevo y comprueba si existe algún objeto que está impidiendo que se cierre.

Ropa atascada en el tambor

En ocasiones, alguna prenda puede quedarse atascada en el tambor haciendo que la lavadora no pueda girar de manera adecuada. En estos casos, la solución es muy sencilla, bastará con abrir la puerta y comprobar si existe algo que esté obstaculizando que la lavadora centrifugue, en ese caso, retíralo e introdúcelo junto a otras prendas de pequeño tamaño dentro de una bolsa especial para lavado.

Fallos mecánicos

Una vez realizadas las comprobaciones anteriores sin éxito, deberás plantearte que es posible que el problema se encuentre en otra parte. En este sentido, es muy probable que la lavadora esté experimentando problemas en sus componentes mecánicos debidos al desgaste natural o a un mal uso. Los más comunes son:

Embrague dañado

Las lavadoras, cuentan con un mecanismo de embrague, si este se ha desgastado por el uso, lo más normal es que este afecte al centrifugado y lo que es más grave, al motor. Para evitarlo, la mejor opción es sustituirlo por uno nuevo para evitar problemas mayores.

Fallo en la correa del motor

En primer lugar, es necesario saber que la correa suele estar detrás de muchos de los fallos mecánicos de la lavadora, ya que es la encargada de hacer que el tambor pueda girar transmitiendo la fuerza del motor. Comprueba que presenta la tensión adecuada, si está floja, apriétala y si está dañada, deberás sustituirla.

Problemas relacionados con el centrifugado

Además de los mencionados, es posible que te encuentres con otros problemas relacionados con el fallo en el centrifugado. Debes observar el aparato y fijarte en qué signos muestra para poder saber de dónde procede el problema.

La lavadora hace ruido, pero no centrifuga

El ruido de centrifugado es muy característico, por lo que, si lo hace, pero a pesar de ello no se mueve, deberás pensar en distintos motivos. Como ya hemos señalado, puede ser un problema de distribución de las prendas dentro del tambor o algún objeto suelto. En el caso de que estas no sean las causas, es posible que el tambor presente alguna grieta o rotura, así mismo, el fallo más grave puede proceder de un motor estropeado que no es capaz de ejercer la fuerza necesaria para realizar esta función.

La lavadora no centrifuga y tira el agua

Es uno de los fallos más comunes y la causa podrá ser que la manguera del desagüe esté suelta. Algo que se puede dar por las vibraciones del aparato cuando se encuentra en funcionamiento. La solución es muy sencilla, ajustarla de nuevo, aunque deberás estar atento ya que el origen podría ser también que las arandelas de unión estén desgastadas o se hayan aflojado debido a un uso constante. Si estas piezas están muy desgastadas, la mejor opción es la sustitución de las mismas.

Olor a quemado

Si además de no centrifugar, tu lavadora huele a quemado, se trata de una señal inequívoca de que algo está yendo muy mal. En estos casos, deberás desconectarla de la corriente y llamar a un técnico para que pueda valorar el problema y solventarlo. En cualquier caso, si no das con la solución, la mejor opción es siempre ponerte en contacto con profesionales, como los que encontrarás en los Seguros de Hogar MAPFRE a través de su servicio de bricolaje.

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