LO QUE DEBES SABER… |
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Lo que hay que hacer es tan simple como soplar y escuchar el aire que se mueve mediante la abertura. Este sonido será lo único que nuestro oído humano podrá percibir, el que efectúa realmente el silbato solo podrá percibirlo el perro. Los silbatos tienen diferentes frecuencias y no todos los perros llegan a oírlas, por eso es importante que los adecuemos a nuestra mascota. Esto se hace mediante un tornillo, habrá que probarlo hasta que veamos que el perro reacciona.
Jugar con las ráfagas para darle órdenes al perro
Para usar el silbato iremos alargando las ráfagas o acortándolas en función de las órdenes que queramos darle a nuestra mascota para que sepa lo que debe hacer. Por ejemplo, la orden de «ven» podemos hacerla con una ráfaga larga, mientras que el «quieto» podrían ser ráfagas cortas y muy seguidas.
Si siempre mantenemos esos comandos de silbidos, el perro sabrá qué es lo que queremos decirle siempre y su adiestramiento será mucho más sencillo.
Perros obedientes y órdenes sencillas
Estos silbatos pueden ser útiles para perros que tienen un carácter atento, que siempre están alerta y que tienden a ser obedientes. Por el contrario, si nuestro perro es algo más despistado, no quiere decir que el silbato de ultrasonidos no funcione, pero nos costará un poco más que haga caso a nuestras órdenes y acabe aprendiéndolas.
Solo hay que tener un poco de paciencia, porque no siempre los perros reaccionan todo lo rápido que nos gustaría al adiestramiento, aunque tarde o temprano lo acaban consiguiendo.
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