En muchos casos, las chimeneas en los hogares han dejado de cumplir su función, por lo que sus dueños deciden eliminarlas. Sin embargo, es un error: las chimeneas son objetos decorativos únicos, bellos en sí mismos y capaces de impregnar la estancia de un carácter especial.

Si la de tu casa no te gusta o es muy anticuada, no tienes más que elegir un nuevo revestimiento. Hay diseños espectaculares, modernos o más clásicos, llamativos o discretos. Pero, sobre todo, son una alternativa para darle a tu chimenea una segunda vida. Toma nota de estas ideas.

Revestimiento de piedra para chimeneas

La piedra natural ofrece múltiples posibilidades decorativas. Encaja a la perfección en ambientes rústicos, pero también en decoraciones industriales, clásicas y contemporáneas. Todo depende de la forma, color y acabado de la piedra.

Además, es un material muy resistente a las altas temperaturas, lo que le convierte en uno de los preferidos para revestir chimeneas.

Chimeneas con revestimiento de ladrillo

El ladrillo es muy popular en el revestimiento de chimeneas dadas sus numerosas ventajas: es económico, resiste las altas temperaturas, no se daña con el fuego, continúa calentando la estancia una vez apagado, y su instalación es muy sencilla.

En cuanto a la parte decorativa, ofrece un sinfín de posibilidades según su forma, tamaño y disposición. Además, se puede pintar de cualquier color, barnizar, etc.

Forrar la chimenea con madera

Otro de los materiales clásicos más elegidos en revestimientos para chimeneas es la madera. Es cálida, elegante y casa a la perfección en cualquier estilo decorativo.

Aunque existe la creencia de que la madera es un material altamente combustible, lo cierto es que puede ser diseñado para soportar temperaturas derivadas del fuego. Eso sí, hay que ser cuidadoso en su instalación, ya que hay que colocar un material aislante para separar el calor del revestimiento. En cualquier caso, es importante contactar con el seguro de hogar para informarse sobre las coberturas que nos amparan en caso de producirse algún incidente.

Chimeneas revestidas de azulejos

Los azulejos de cerámica son muy resistentes a las altas temperaturas y, al igual que el ladrillo, pueden almacenar el calor en el interior de la vivienda.

Los hay de muchos estilos, y es ahí donde radica su éxito. Puedes elegir azulejos llamativos y de vivos colores o más discretos; con acabado mate o brillo; con aspecto vintage, de diseños modernos o con una estética Wabi Sabi, etc. Y, lo mejor, son muy fáciles de instalar, incluso se pueden colocar sobre el viejo revestimiento de la chimenea.

Revestimiento de cemento, hormigón o concreto

El hormigón, el cemento, el microcemento y el concreto son materiales en auge en el diseño de anteriores. Se utilizan solos o combinados con madera para conseguir una estética sobria, sin artificios, en ambientes de estilo industrial y envejecido. Revestir la chimenea con este material aporta un toque vanguardista y un plus de estilo.

Estos materiales destacan, además, por su elevada resistencia al fuego.

Chimeneas con revestimiento metálico

Si la decoración de tu casa sigue los dogmas del estilo industrial, lo más apropiado es revestir la chimenea con acero, hierro u otro metal.

Una de las opciones más populares en este momento es el acero corten. Se trata de una variedad cuya composición química hace que al oxidarse la pieza quede protegida frente a la corrosión, sin perder sus características mecánicas.

Estéticamente, el acero corten presenta un aspecto rojizo y desgastado de gran belleza. Ideal para chimeneas a las que se quiera imprimir un diseño innovador, moderno y, al mismo tiempo, decadente.

Forradas de mármol

Los revestimientos de mármol imprimen un sello de elegancia, lujo y sofisticación en la estancia. El aspecto negativo es su elevado precio y que es muy delicado. Por eso, hay que tomar ciertas precauciones cuando toque limpiarlo.

Los más usados son los travertinos porque ofrecen ese aire a medio camino entre lo natural y lo sofisticado. Aunque existen otras variedades con vetas más marcadas, que pueden convertir la chimenea en una obra de arte singular, como el ejemplo de la imagen superior.