⌚ 2 minutos | En ocasiones, con el paso del tiempo y de tanto abrir y cerrar una puerta, se suelta alguna de las jambas. Si no la fijamos correctamente, podría llegar a desprenderse. Repararla es muy fácil, vamos a enseñaros cómo hacerlo.
LO QUE DEBES SABER… |
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Si la jamba aún no está suelta del todo, con cuidado la terminaremos de desprender.
Preparar la zona para fijar la jamba
Después, retiraremos los clavos, tanto los que se hayan quedado clavados en el premarco como los que estén aún en la jamba. A continuación, limpiaremos la zona del premarco y quitaremos el polvo y los trozos de yeso que puedan haber quedado.
Para fijar la jamba de nuevo, usaremos un adhesivo de montaje de secado rápido y clavos de cabeza perdida. También necesitaremos cera del color de la jamba para disimular los agujeros de los clavos. Si la jamba está muy deteriorada, tendremos que comprar una nueva lo más parecida posible.
Pegar la jamba y colocar los clavos
Una vez limpia la zona, tanto el premarco como la jamba, aplicaremos un generoso cordón de adhesivo de montaje. Aunque sea de secado rápido, habrá que esperar el tiempo necesario y seguir las indicaciones del fabricante.
Colocaremos en su sitio la jamba y apretaremos contra la pared. A continuación, iremos clavando los clavos de cabeza perdida, podemos usar los mismos agujeros de los anteriores y, ayudándonos de un botador, terminaremos de introducir completamente la cabeza en el interior de la jamba. Ya solo nos quedará disimular los agujeros de los clavos con la cera.
Este es un trabajo rápido y fácil que no nos llevará más de 30 minutos y conseguiremos que nuestra puerta tenga un aspecto renovado.
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