Día mundial de la naturaleza
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La Asamblea General de las Naciones Unidas señala el 3 de marzo como el Día Mundial de la Naturaleza, un homenaje que pretende celebrar la belleza y la variedad de la fauna y flora salvajes, así como concienciar sobre los infinitos beneficios que estas formas de vida tienen para la humanidad.
El ser humano se erige, muchas veces, en dueño de la naturaleza creyendo que puede disponer de ella a su antojo, de forma arbitraria y agotando los recursos indiscriminadamente. Sin embargo, citas como esta sirven para reflexionar sobre el uso adecuado de los recursos naturales, evitando ejercer sobre ellos un derecho absoluto de manera que persistan con toda su riqueza para las generaciones venideras, lo que debería ser un deber en sí mismo.
Aprender a respetar la naturaleza desde pequeños
La infancia es una etapa clave para inculcar sentimientos que florezcan durante toda la vida, y uno de ellos es, precisamente, el amor por la naturaleza. Este Día Mundial puede ser la excusa perfecta para despertar en los más pequeños de la casa la curiosidad y el respeto por todos los seres vivos que les rodean, además de inculcar en ellos la necesidad de preservarlos. Con actividades muy sencillas podemos conseguir que nazca en ellos esa sensibilidad, como:
- Inmersión en la naturaleza: Todo se entiende mejor desde el conocimiento y el contacto directo. Por eso, el primer paso para inculcar en los niños ese amor por la naturaleza es realizando una salida campestre. Puede ser una excursión a un parque natural, a un bosque, unos jardines, o al zoo, pero lo realmente importante es que enseñarles a saborear y apreciar esa experiencia enseñándoles a identificar árboles, platas, huellas de animales, trinos de pájaros, etc. Para garantizar el éxito de la excursión, el Seguro de Viajes MAPFRE ofrece las coberturas más completas también en los trayectos de corto recorrido.
- La naturaleza en casa: Plantar sus propias semillas y aguardar con paciencia su crecimiento es una de las mejores formas de enseñar el valor de la naturaleza. Mientras esperan a que salgan los primeros brotes, pueden buscar información sobre el tipo de planta que es o los cuidados que necesita. La clave está en que sean ellos los únicos «jardineros» encargados de su planta y se responsabilicen de ella.
- Hacer un diario de campo: Convertir a los niños en los artífices de su propia investigación despertará en ellos la curiosidad y les animará a hacerse preguntas y buscar la forma de responderlas. Lo ideal es que en todas las escapadas lleven su cuaderno con ellos y vayan apuntando todo lo que ven en la naturaleza que les rodea. Pueden añadir fotos, dibujos, anotaciones, hojas secas, etc.
- Al cuidado de animales: Los que tienen mascotas en casa saben de los grandes beneficios que aportan a los más pequeños: afectividad, responsabilidad y, sobre todo, aprender a querer a otros seres vivos que son diferentes a ellos pero que les complementan. Eso sí, antes de tener un animal en casa, conviene cerciorarse de que nuestros hijos disponen de la madurez suficiente para darle la atención y los cuidados necesarios.
Pero sin duda, el mejor aprendizaje comienza en casa. Los niños son somos espejos que reflejan lo que ven en sus padres, por lo que el ejemplo que se les brinde será su mejor arma.
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