Quitar las alfombras de la casa en verano

Quitar las alfombras de la casa en verano
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Ya se acerca el verano y con él, el buen tiempo, el calor... Es el momento de quitar las alfombras para que la casa se mantenga más fresca. Pero antes de guardarlas toca también limpiarlas.

Resumen del contenido

  1. ¿Por qué es bueno retirar las alfombras en verano?
  2. Cómo guardar las alfombras
  3. ¿Cómo cuidar un suelo en el que han estado alfombras?
  4. Mejores alfombras para el verano

Las alfombras son un “must” en invierno ya que proporcionan un ambiente más cálido y acogedor a tu hogar. Pero, cuando llega el verano, es necesario cambiarlas y recogerlas, al igual que haces cada vez que realizas un cambio de armario. Te contamos cómo quitar las alfombras de la casa en verano y como guardarlas correctamente. Si tienes alfombras de verano, es el momento ideal para cambiarlas.

¿Por qué es bueno retirar las alfombras en verano?

Más allá de que ocupen visualmente o de que den calor, debes tener en cuenta que siguen acumulando polvo. A ello hay que sumarle que lo hacen a temperaturas más elevadas, lo que se convierte en el mejor caldo de cultivo para ácaros y bacterias, haciendo que las alergias se multipliquen. Por otro lado, es bueno que las alfombras se cuiden de manera adecuada ya que suponen una inversión importante. Si las guardas correctamente cuando no las usas, te durarán mucho tiempo y evitarás que se desgasten tan rápido.

Cómo guardar las alfombras

Antes de guardar las alfombras durante el verano, es muy importante que las limpies en profundidad para que estén en las mejores condiciones para su siguiente uso. En primer lugar, deberás eliminar el polvo con una aspiradora. Usa un cepillo giratorio a máxima potencia realizando pasadas lentas para cubrir toda la superficie. De esta forma conseguirás eliminar todo el polvo e impurezas que se hayan acumulado.

A continuación, puedes usar un paño o una fregona muy bien escurrida con detergente neutro para que la alfombra no se empape, para así, quitar todos aquellos restos que la aspiradora no pudo eliminar. Debes tener en cuenta que este paso solo se podrá realizar con todas las alfombras, por ejemplo, las de lana se estropean en contacto con el agua, por lo que en estos casos, la mejor opción es realizar una limpieza en seco. Para evitar problemas y si no estás seguro de cómo limpiarla, puedes llevarla a la tintorería para que utilicen los productos que necesita.

Una vez limpias y secas toca enrollarlas, para que estén protegidas, debes hacerlo utilizando una sábana vieja. Envuélvela por completo, que sobre un poco por los lados, y asegúrala con un cordel. Si tienes una bolsa de tela o de plástico resistente, la protegerás además del polvo.

¿Cómo cuidar un suelo en el que han estado alfombras?

Ahora que has levantado la alfombra, es fácil notar la diferencia de tono en el suelo. A veces se ve más limpio donde estaba protegida… o todo lo contrario. En cualquier caso, toca cuidarlo. Si tu suelo es de parqué o tarima, es importante que pongas adhesivos de fieltro en las patas de las sillas y mesas. Hazlo antes incluso de quitar la alfombra, para evitar rayones cuando muevas los muebles.

Después, limpia bien la zona. Empieza con la aspiradora y sigue con un producto adecuado a tu suelo. Uno de los trucos infalibles para conservar el parqué impecable es fregarlo con un chorrito de vinagre diluido en un cubo de agua.

Mejores alfombras para el verano

Una alternativa si no te gusta dejar la casa desnuda es utilizar alfombras más frescas y ligeras. Puedes optar por cambiarlas por otras más veraniegas, ya que existen algunos materiales que se pueden usar como aislante del calor a la vez que aligeran de manera visual la estancia:

  • Cáñamo: resistente, con ese aire natural tan de moda. Eso sí, conviene encerarlo de vez en cuando para que no pierda el brillo.
  • Bambú: elegante y duradero. Tacto agradable y aspecto minimalista. Aunque, ojo, requiere mantenimiento constante: hay que aspirarlo a menudo para que no acumule polvo entre las lamas.
  • Yute: suave y ligera. Ideal para dormitorios o espacios en los que andes descalzo. No es tan resistente como otras fibras, Su limpieza es fácil, si sigues estos consejos y no da problemas si no la maltratas.
  • Sisal: algo más rústico, incluso áspero, pero resistente. Perfecto para zonas de mucho tránsito, aunque no se lleva bien con la humedad. No lo pongas cerca de la terraza si vives en un sitio húmedo o si entra lluvia de refilón.

Y como siempre, recuerda que para proteger el contenido de tu casa de accidentes y percances variados, dispones de la mejor herramienta. El Seguro de Hogar MAPFRE con el que hacer frente a las eventualidades.

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