Se acerca el final del embarazo y las amigas de la futura mamá organizan una fiesta sorpresa para dar la bienvenida al bebé que nacerá dentro de poco. Se trata de un Baby Shower, una celebración originaria de Estados Unidos que cada vez cuenta con más adeptos en todo el mundo. Y España no ha querido quedarse atrás. Las mamás españolas se han sumado con fuerza a esta primera presentación en sociedad del bebé que aún está por nacer.

En nuestro país hemos adaptado la fiesta según nuestros gustos e intereses. Al fin y al cabo, se trata de una excusa más para que familiares y amigos se reúnan en torno a una mesa para charlar, divertirse y celebrar algo bonito. Un momento especial en la vida de los futuros padres para compartir con sus seres más queridos. Y de eso, de festejar, en España sabemos mucho.

Se suele organizar para final del embarazo. Se llevan regalos a la mamá y se celebra la pronta llegada de su bebé mediante juegos y actividades. Y aunque para los americanos se trata de una fiesta de carácter sorpresa, en España es la propia embarazada, en la mayoría de los casos, la que planifica personalmente cada detalle y cada invitado. Incluso se involucra de lleno en el regalo que recibirá: una canastilla de la que no debería saber nada, pero no sólo sí sabe, sino que es ella misma la que elige concienzudamente cada artículo que formará parte de su contenido. Al final, la función de los invitados en cuanto al obsequio se reduce simplemente a pasar por caja. Igualmente, la “party” original es una merienda que se celebra entre mujeres, pero aquí no hacemos distinciones.

Decoración cuidada

Lo que sí hemos copiado al pie de la letra, e incluso en algunos casos la hemos mejorado, es la decoración. De la guirnalda con el nombre del homenajeado que suele usarse en Estados Unidos, hemos ampliado a fiestas temáticas realmente impresionantes. Auténticas obras de arte que rezuman elegancia, ternura y originalidad. Y cada vez disponemos de más party planners y babyshowers que se encargan por nosotros de la decoración del evento hasta el más mínimo detalle.

Normalmente, se escoge una temática y, a partir de ahí, se diseñan los componentes que adornarán el lugar. Ésta puede ser también un color: rosa o azul, según sea niña o niño, o cualquier tonalidad en su versión pastel: amarillo, verde menta, gris claro, blanco, etc.

Se añaden adornos florales que dulcifican el diseño del conjunto. En nuestro país triunfa la combinación de paniculata y eucalipto distribuidos en jarras de cristal, cajas de madera, cestas, cubos de zinc, e incluso en regaderas vintage o en guirnaldas colgadas de las paredes.

La mesa dulce

La merienda pierde su valor en sí misma y pasa a ser un elemento decorativo más. No se entiende un Baby Sower sin una mesa dulce en condiciones: cupcakes de colores, galletas decoradas con fondant, chucherías que se escogen por el color en vez de por el sabor, vistosos popcakes… y todo ello con formas que nos recuerdan al universo bebé: chupetes, cigüeñas, patucos, cunitas…

En Estados Unidos son muy comunes las meriendas al estilo potluck (tú traes esto, tú esto otro), donde cada invitado se encarga de llevar un plato de comida para compartir. Aquí, partiendo de la base de que suele ser la propia madre la organizadora del evento, es ella también la que se encarga de la comida. Lo que no quita que los invitados que lo deseen puedan llevar algún dulce o una botella de vino.

Los juegos, el centro de la fiesta

La versión original dicta que deben celebrarse juegos relacionados con el nuevo bebé, pero esa parte de la fiesta la hemos eliminado por completo de la versión española. En algunos casos sí mantenemos la figura de la piñata con la forma de algún artículo de bebé, que suele hacerse a mano con resultados tan bonitos que ocasionan un revuelo de móviles deseosos de subir la imagen a su Instagram.

Si te animas a hacer juegos, el más popular es el de las adivinanzas en torno al embarazo y el bebé en las que hay que averiguar, por ejemplo, el sabor de diferentes papillas de bebé con los ojos cerrados. O puedes optar por hacer una competición de baile en la que al final se hace entrega de un premio.

Detalles para los invitados

Al igual que en las bodas, bautizos y comuniones, en estos encuentros se obsequia a los invitados con pequeños detalles hechos a mano o comprados como muestra de agradecimiento por su presencia. Cada uno de ellos debe incluir una tarjetita personalizada con los datos del día.

Las embarazadas americanas suelen enviar, también, unas tarjetas a sus invitados para agradecer los regalos recibidos. Pero en nuestra adaptación esa es otra de las cosas que hemos eliminado y damos las gracias el mismo día del evento al despedir a cada uno de los asistentes.

Esta fiesta suele organizarse al final del embarazo para que la embarazada pueda lucir orgullosa su tripa, pero no conviene apurar mucho, ya que la futura mamá disfrutará más si la fecha de parto no es inminente. También le ayudará a su tranquilidad contar con las coberturas del Seguro de Salud MAPFRE. Así, recibirá la asistencia necesaria por si el bebé decide estar presente en su propio Baby Sower.