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Tips para cuidar de un perro de acogida

Una niña tumbada sobre un sofá sonríe mientras da un beso a un perro
7 Min de lectura
Los perros de acogida cuentan con la opción de pasar un tiempo limitado en una casa de adopción hasta que llegue su dueño definitivo. Estos hogares temporales brindan a estos animales la oportunidad de recibir una atención personalizada según sus necesidades.
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Tener un perro de acogida es una decisión que no debe tomarse a la ligera. Si tener una nueva mascota en casa es una situación que debe sopesarse y analizarse hasta el más mínimo detalle, en estos casos, la pulcritud debe ser máxima. La razón no es otra que estos perros han tenido una vida anterior de la cual puede que conozcamos poco o nada. Quizá han sufrido algún tipo de maltrato, han sido abandonados o han sobrevivido en unas condiciones poco propicias. Pero lo cierto, es que gracias a las iniciativas de adopción comienza para ellos una nueva vida en la que todo –esperemos-irá a mejor.

Pero hasta que aparezca su nuevo dueño, existen otra serie de problemas que hacen que su vida vaya a contrarreloj. El primero y más importante tiene su origen en la falta de espacio de asociaciones de animales y perreras. Esto ocasiona o bien que no den abasto entre tanta demanda, o que haya ciertos animales a los que no les puedan satisfacer sus necesidades porque requieran una atención personalizada que en estos lugares no pueden ofrecer, como cachorros con biberón o animales enfermos que necesiten estar separados de otros para su pronta recuperación. Para todos estos casos, existen las denominadas casas de acogida, en la que los dueños recibirán al animal durante un periodo limitado de tiempo. Una acción altruista y muy generosa que reporta grandes beneficios a estos animales.

Si te animas a contribuir con estas asociaciones ofreciendo tu hogar, debes tener en cuenta una serie de aspectos para contar con todas las garantías tanto para el perro como para el resto de inquilinos de la casa.

Lo que debes saber antes de tener un perro de acogida

Además de los beneficios para el animal, también reporta ventajas para el dueño. Puede ser nuestra primera toma de contacto conviviendo con un animal. Si vemos que es positiva, podemos animarnos a tener uno en casa sabiendo realmente las obligaciones y cuidados que conlleva.

A pesar de ser una acción temporal, muchos dueños de acogida acaban “enamorándose” del perro al que han ofrecido su hogar y deciden adoptarlo. Es como una presentación entre el dueño y la mascota para “relación esporádica y lo que surja”. Y a veces surge el amor incondicional y para siempre.

En caso de querer ser dueño de acogida, lo primero que debes hacer es comunicar a una de las asociaciones de animales tu disponibilidad para recibir a los perros que puedan necesitar tus cuidados. Algunas de ellas corren con los gastos que se puedan derivar de este gesto, como los de manutención, pero otras no lo hacen. Conviene concretar este punto previamente.

Por último, sé consciente de tus límites y no acojas más animales de los que puedas tener o razas que por tu ritmo de vida o circunstancias sabes que no vas a poder atender correctamente.

Qué necesita un perro de acogida

Amor, mucho amor. Esa es la necesidad básica de este tipo de animales y el eje sobre el que conseguirán rehacer su vida. Pero además, dependiendo de las circunstancias del animal, habrá que cubrir unas necesidades concretas y que pueden variar desde determinadas enfermedades o caracteres derivados de su vida anterior.

Antes de llevárnoslo a casa, debemos planificar con cuidado su llegada. A parte de prever la alimentación, se debe destinar un espacio para él e incluir los complementos necesarios para hacer que se sienta a gusto. Lo más básico será su cuenco de comida y agua, el lugar donde dormirá y algunos juguetes. Su rincón debe ser cálido y confortable para que pueda dormir sin ser molestado. Esto le generará confianza.

    Hay que esforzarse en enseñarle ciertas pautas de comportamiento que le serán muy útiles de cara a su futuro hogar. En este sentido, es más eficaz la educación mediante elogios que por castigo. Crea en él ciertos hábitos, por ejemplo, llevándole a hacer sus necesidades al lugar que tú elijas. Pero no desesperes si no lo hace, es algo que requiere de mucha paciencia y más con este tipo de perros.

    Debido al carácter miedoso de estos animales (originados por sus vidas anteriores) tu perro tendrá tendencia a escaparse. Por eso, cuando lo saques a pasear, hazlo primero sujeto con una correa y observa sus reacciones. Cuando tenga confianza podrás intentar soltarlo (hazlo primero en sitios cerrados).

    Es conveniente que la alimentación de tu perro siga la misma dieta que la que llevaba en la asociación. Podremos introducir cambios, pero siempre de forma muy gradual.

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    Cuidados según las características del perro

    Hay que tener en cuenta que no es lo mismo acoger un cachorro que un perro adulto. Es probable que estos últimos hayan sufrido un abandono o un maltrato, por lo que necesitarán paciencia, cariño y cuidados especiales. La asociación te dará las claves necesarias para tratar a tu animal y conseguir sacar lo mejor de él.

    Si el perro padece una enfermedad o una discapacidad, debemos disponer de tiempo, fuerza y sobre todo muchas ganas de sacarlo adelante. También se requiere de asesoramiento médico para responder a su caso particular de forma eficiente.

    Esté sano o enfermo, deberás llevarlo a las revisiones veterinarias que le correspondan.

    Cuando acoges un perro grande o muy activo, debes saber que necesitará pasar mucho tiempo a tu lado. Si por trabajo o cualquier otro motivo vas a estar ausente de casa durante muchas horas, es mejor que lo comentes en la asociación. Además, este tipo de perros necesita realizar mucho ejercicio para desprenderse del exceso de energía y no sucumbir a la ansiedad. Paséalo, juega con él, ejercítalo y llévalo contigo cuando salgas a correr.

    Pide ayuda siempre que lo necesites. Una de las ventajas de colaborar como casa de acogida con una asociación es que cuentas con ellos ante cualquier duda o problema.

     

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    Publicado por Blog hogar MAPFRE
    - 9 May, 2021

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