¿Tienes el armario lleno hasta la bandera pero no tienes que ponerte? ¿Tus prendas no conjugan unas con otras? ¿Eres de los que guarda ropa de hace veinte años por si acaso regresa la moda? ¿Tienes ropa sin usar esperando que una dieta milagro acabe con esos kilos de más? Si has contestado a alguna pregunta afirmativamente, quizá te convenga plantearte la posibilidad de crear tu propio “armario cápsula”.
El armario cápsula es un exitoso método de organización que llega para revolucionar nuestro vestidor, darle la vuelta, y convertirlo en una herramienta útil que reduzca el tiempo que gastamos en seleccionar nuestro outfit diario, al tiempo que minimiza la inversión que destinamos a la compra de nuevas prendas.
En realidad de novedoso tiene poco. Ya en los años 70, la dueña de una boutique londinense llamada Susie Faux acuñó el término por primera vez para referirse a aquellas prendas básicas que debían inundar nuestro armario y que después se podían acompañar de otras pocas de temporada. Poco después sería la diseñadora Donna Karan quien incorporar este método en su colección de siete prendas para el trabajo intercambiables entre sí. Una propuesta que la llevó a la cima.
La idea principal es crear un fondo de armario para cada temporada en el que sólo podrá haber 37 prendas. Es decir, si compramos algo nuevo, hay que sustituirlo por algo que ya tenemos para no superar nunca esa cifra. Además, todas las prendas deben combinar entre sí, para que la elección de la ropa que tengamos que ponernos nos lleve sólo unos minutos.
¿Cómo hacer un armario cápsula?
El primer paso es hacer limpieza de nuestro armario tradicional. Vacíalo por completo y selecciona la ropa que tienes según tres criterios: lo que te pones siempre, lo que usas a veces, y lo que no quieres ver ni en pintura. Deshazte de este último montón de ropa sin reparar mucho en ello: dónalo o véndelo, pero que no regrese a tu armario.
Si hay ropa de otras temporadas que quieres conservar, guárdalas en una caja y ya la sacarás cuando llegue el momento.
Las joyas y complementos, la ropa para ocasiones especiales (bodas, fiestas…), la ropa interior, los calcetines, los pijamas, la ropa deportiva y la de estar por casa no contabilizan en el número total de prendas. Pero los bañadores, los zapatos y los bolsos sí, así que tenlo en cuenta.
Una vez hecha la primera criba, elige qué color quieres que predomine en tu armario. Lo ideal es seleccionar un tono neutro y otros dos más que coordinen entre sí. De esta manera, cuando tengas que seleccionar ropa las posibilidades serán infinitas, ya que todo combinará con todo. En cuanto a los estampados, no elijas diseños muy concretos que se asocien exclusivamente a una temporada, así podrás usarlos durante varios años. Todo lo que se salga de estas directrices, empaquétalo y deséchalo.
Cuenta cuántas prendas tienes, porque es el momento de salir de compras para completar la cifra de 37, si es que no habías llegado a ella.
¿Por qué 37? Porque es la cantidad que más se acerca a lo que podemos necesitar. Se puede distribuir, por ejemplo, en nueve pares de zapatos, nueve pantalones, quince tops, dos vestidos y dos chaquetas. Pero no se trata de obsesionarse con un número. Si no te adaptas con 37, elige la cifra más adecuada para ti.
Tu vestidor ya está completo y no debes incorporar nada nuevo. Sólo de forma excepcional puedes hacerte con una prenda nueva siempre y cuando elimines otra que ya tengas para que ocupe su lugar. Ya sabes: si algo entra, algo sale.
¿Qué debe contener tu armario?
- Sólo tú sabes cuáles son las prendas que más vas a utilizar, pero como punto de partida puedes seguir estas recomendaciones:
- Intenta que la mayoría sean básicos que sobrevivan a las modas y que funcionen perfectamente en cualquier época. Por ejemplo: jeans, camisas, blazers, vestidos en corte A, botas, flats, un cárdigan, etc.
- Elige prendas cuyo corte se adapte a tu tipo de cuerpo.
- Decántate por colores neutros (blanco, gris, negro, beige…) y añade pinceladas de color en otras prendas que sirvan para complementar las de los colores neutros (verde, rosa, azul, naranja…). Guíate por su tono de piel y por tus gustos.
- Ten cuatro tipos de calzado y, a partir de ahí, añade los que sepas que vas a usar más (botas, tacones, manoletinas y zapatos deportivo, por ejemplo).
Cambio de temporada
Planifica el contenido de tu armario unas dos semanas antes de que se inicie la nueva temporada. Llegados a este punto, ya no es necesario que realices una criba tan estricta. Puedes (y debes) reutilizar los pantalones, camisas, vestidos, etc., de la temporada anterior. Cuantas más rescates mejor, ya que lo ideal es tener que comprar entre cuatro y ocho prendas nuevas.
Con este método para organizar armarios conseguiremos gastar menos, o nada, en ropa, evitando las compras compulsivas y emocionales. Y lo que es mejor de todo: desaparecerá de nuestro lenguaje la famosa frase “no tengo nada que ponerme”, ya que en el armario cápsula todo vale y todo combina entre sí a la perfección. Eso sí, no olvides proteger toda tu ropa con las coberturas especiales del Seguro de Hogar MAPFRE ante cualquier incidente que pueda surgir.

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