En España, la principal energía para generar calefacción es el gas natural. No obstante, dado que no cuenta con una red de distribución en todo el territorio, muchas viviendas se ven obligadas a utilizar otro tipo de calefacción, como la de gasoil.

Pero, ¿en qué consiste cada suministro? ¿Cuál interesa más, calefacción de gasoil o de gas natural? Analizamos todos los detalles.

¿Cómo funciona la calefacción de gasoil?

La calefacción de gasoil o gasóleo funciona inyectando el gasoil desde un depósito hasta la caldera. Ahí se calienta el agua que, posteriormente, se distribuye a través de tuberías y conductos, por todos los radiadores de la casa o por suelo radiante. Finalmente, el agua regresa a la caldera, formando así un circuito cerrado.

El gasoil es un hidrocarburo que se obtiene a partir de la destilación del petróleo crudo. El que se usa para calefacción presenta un color azulado, tiene un alto contenido en parafinas y un alto poder calorífico.

El que se suele emplear en este tipo de sistema es el gasóleo C, aunque en algunos casos también se utiliza el B.

Uno de los elementos importantes en la calefacción de gasoil, además de la caldera, es el depósito. No vale cualquiera: su capacidad y el tipo de depósito viene marcado en el Reglamento de Instalaciones petrolíferas.

El depósito puede estar sobre la superficie, en cuyo caso debe contar con un sistema anti golpes, o soterrado bajo el suelo, siempre que tenga un sistema de detección de fugas.

¿En qué consiste la calefacción de gas natural?

En este sistema de calefacción la energía llega directamente al punto de suministro a través de tuberías conectadas con la caldera, donde se produce la combustión de gas natural.

De esta manera el agua que se repartirá por todos los radiadores sube de temperatura haciendo que se caliente el aire que los rodea mediante convección. Si se tiene suelo radiante, el agua de la caldera recorrerá unas tuberías instaladas bajo el pavimento haciendo que el reparto de calor sea mucho más uniforme.

Este último sistema reduce mucho el consumo, ya que emplea la temperatura de impulsión de agua más baja.

¿Cómo es la instalación de la calefacción de gasoil y la de gas natural?

Para asegurarnos de que la instalación cumple con todas las medidas de seguridad y de eficiencia, debe realizarla -en ambos casos- una empresa autorizada con certificación RITE (Reglamento de Instalaciones Técnicas en Edificios).

Hay que tener en cuenta que el precio de instalación de la calefacción de gas natural es más elevado que la de gasoil, sin embargo, a la larga compensa, ya que, como veremos más adelante, el coste de este combustible es más barato.

Gasoil

Si optas por la calefacción de gasoil, solo tendrás que hacer la instalación nueva, previendo un espacio para el depósito. Esa es la principal diferencia respecto a la de gas natural, ya que necesitarás que la distribuidora se desplace a tu hogar cada cierto tiempo para llenarlo.

En cambio, la calefacción de gas natural tiene un sistema de canalización por el que tendrás abastecimiento de combustible de forma continua.

Gas natural

Si te decides por la de gas natural, primero debes asegurarte de que la red de suministro pasa por tu zona. Si es así, podrás realizar la instalación y posteriormente darte de alta en el servicio de suministro.

En el caso de que vayas a sustituir tu vieja caldera de gasoil por una de gas natural, debes saber que algunas Comunidades Autónomas ofrecen subvenciones y descuentos dentro del Plan Renove de calderas, por lo que deberás informarte previamente en tu localidad.

¿Cuál es más barata?

El precio del gas natural es más económico que el del gasoil, y es la energía con mejor relación precio-poder calorífico. El precio medio del gas natural es de 0,05 €/kWh, mientras que el de gasoil es de 0,10 €/kWh.

Además, dado que el gasoil hay que almacenarlo, su pago se realiza antes del consumo, a diferencia del gas natural, que se paga una vez consumido a través de una factura bimestral.

Qué elegir: ¿calefacción de gasoil o de gas natural?

Si nos fijamos en el precio, la más rentable es la de gas natural. Es más barata que la eléctrica, la de gasoil, y la del resto de combustibles que se utilizan en calefacción. El ahorro que supone el gasto en combustible compensa, en muchos casos, el elevado coste de instalación.

En cuanto a la facilidad de uso, la de gas natural destaca por su inmediatez. Su sistema de tuberías que conectan la red de distribución con el hogar hace que se pueda usar la calefacción en cualquier momento. En la de gasoil, en cambio, hay que ser previsor y almacenar el combustible en un depósito

Además, el gas natural es más eficiente y menos contaminante que el gasoil.

Si ya has elegido entre gasoil o gas natural para tu vivienda, recuerda que MAPFRE cuenta con un Seguro de Hogar con una amplia cobertura que incluye desde asistencia urgente, reparaciones y reformas, daños materiales y asistencia en bricolaje.