Muchas novias quieren conservar el vestido con el que se han casado como recuerdo, pero tienen bastantes dudas sobre cómo hacerlo por miedo a que pueda estropearse. Te contamos todo lo que necesitas saber para guardar correctamente tu vestido de novia.

Después de la ceremonia, el vestido de novia puede haberse manchado o arrugado. Independientemente de si ha sido así o no, tienes que lavarlo. Muchas novias deciden hacerlo ellas mismas en casa. Es una opción, pero lo más recomendable es llevarlo inmediatamente a la tintorería (si está especializada en trajes de novia, mucho mejor).

Una vez lavado, si guardas directamente el vestido de novia en el armario sin más, puede tender a estropearse y amarillearse. ¿Qué tienes que hacer entonces?

Guardar vestido de novia al vacío

Todos conocemos las bolsas para guardar la ropa al vacío. En el caso de los vestidos de novia, no es algo que podamos hacer en casa, pero existen empresas que ofrecen este servicio.

Además, guardarlo al vacío implica evitar problemas de humedad, manchas, decoloraciones e incluso, malos olores con el paso del tiempo. Lo recomendable es que primero lo llevemos a la tintorería para asegurarnos de que queda perfecto (intentar hacerlo nosotros mismos no suele ser la mejor opción, ya que las telas y materiales, además de la extensión del mismo, harán que se complique mucho la tarea) y limpio, y ellos lo doblan entre pliegues de papel seda, le ponen un falso busto para que no pierda forma.

Después lo colocan en el interior de una caja o bolsa especial (podemos utilizar la que nos dieron junto al propio vestido de novia o buscar una con las dimensiones apropiadas), con una forma que ofrezca una buena presentación, sin arrugas ni pliegues.

Una vez colocado el vestido, habrá que extraer de la caja todo el oxígeno y en su lugar, la empresa encargada introducirá una serie de gases inertes que facilitarán su conservación. Lo mejor es que después se cierre la caja, de esta manera, evitaremos que entre luz o cualquier partícula que pueda deteriorarlo.

Esta opción es la que mayor protección ofrece, haciendo que el vestido se mantenga óptimo por más tiempo y, al mismo tiempo, hace que su almacenaje ocupe poco espacio.

En una caja de cartón

Las tintorerías o lavanderías especializadas suelen devolver el vestido empaquetado en papel de seda, ya que así se absorbe la humedad. Si no te lo han dado así, compra un papel de seda incoloro y libre de ácidos (para que no se manche con las tintas).

Compra también una caja de cartón que, como en el caso anterior, debe ser incolora y libre de ácidos. La caja no puede tener ninguna ventana o ranura que deje entrar la luz, ya que, de lo contrario, el vestido puede amarillear.

Para guardar el vestido haz lo siguiente:

  • Extiende el papel de seda dentro de la caja de forma que quede centrado para que después puedas cubrir el vestido con él.
  • Pon el vestido sobre la caja. Dobla los laterales a lo largo hacia el interior.
  • Dobla el largo del vestido en tres partes.
  • Una vez encajado el vestido, dobla sobre él el papel de seda.
  • Cierra la caja.

En una funda específica

La mejor opción para guardar el vestido de novia es la anterior, pero si prefieres usar una funda, debes asegurarte de que sea transpirable. Por ello, debes evitar las de plástico.

Lo ideal es usar fundas realizadas en tejido no tejido, un componente muy resistente y transpirable que ayuda a que el vestido no coja olores o polvo.

Si tu vestido es sencillo, corto o sin cola, esta es una buena opción. Pero si es voluminoso, terminará arrugándose.

Ventila tu vestido de vez en cuando

Si has elegido una de las dos primeras opciones, debes saber que tienes que ventilar el traje de novia de vez en cuando para que no se le queden muy marcadas las arrugas y sobre todo para que no se ponga amarillo. Con esto también evitarás que pueda aparecer algún hongo.

Para ventilarlo, sácalo una vez cada seis meses, déjalo fuera un día entero y después mételo de nuevo en la caja, envolviéndolo con el papel de seda.

Si sigues estos consejos tendrás tu traje de novia en perfecto estado por mucho tiempo. Si tenías velo o algún otro complemento, guárdalo también del mismo modo junto con el traje. Además, no te olvides de incluirlo en tu Seguro de Hogar MAPFRE para contar con su protección frente a daños, hurto o robo.