Seguro que muchos de tus postres preferidos llevan nata montada, ya sea para su decoración o para su relleno. Conseguir el punto adecuado de este producto depende de varios factores y su elaboración debe realizarse de manera correcta. A continuación, te contamos cuál es el truco para montar nata.

Cómo montar nata

Saber montar nata es un básico en la repostería. Bien es cierto que en caso de emergencia puedes recurrir a la que ya se comercializa de esta forma, pero el resultado no será el mismo. Presta atención porque una vez que conozcas el truco de cómo montar nata, vas a utilizarla mucho más en tus postres.

Elegir bien los ingredientes

Parece obvio, pero el primer truco para conseguir una buena nata montada es comprar una materia prima adecuada. Debes tener en cuenta que no toda la nata que encontrarás en el supermercado es válida para esta tarea. En lo primero que debes fijarte es que en el envase se indique que es nata para montar. Si no lo pone, deberás fijarte en la materia grasa que incorpora. Esta siempre debe superar el 35 por ciento, si el porcentaje es mayor, será mucho más sencillo montarla.

Guarda la nata en el congelador

Para que la nata se monte correctamente debe estar a la temperatura adecuada, es decir, muy fría. Su conservación siempre tiene que hacerse en el frigorífico por su alto contenido en grasas, mantenerla entre 5 y 10 grados te ayudará a conservar todas sus propiedades hasta el momento de montarla. Si quieres asegurarte de que la temperatura es la ideal introduce el brick de nata en el congelador unos 10 minutos antes de empezar a montar. Para realizar el proceso, tendrá que estar fría, pero no congelada.

Utensilios bien fríos

El bol donde vayas a montar la nata tiene que estar casi congelado, a ser posible que sea metálico para que mantenga el frío.

Y para ejecutar el proceso, deberás utilizar unas varillas manuales, una batidora con varillas o un robot de cocina con esta función. Sea cual sea el elemento seleccionado siempre debe estar seco y frío. Para conseguir este resultado puedes introducir las varillas o la mariposa del robot de cocina en el congelador unos minutos antes de utilizarlos.

En el caso de que te decantes por la forma mecánica debes fijarte en el punto en el que se encuentra la nata. Cuando esta esté a punto de montarse, para el motor y continúa con el procedimiento a mano para conseguir un mejor resultado. Al realizar esta acción también evitarás que se te corte.

Si por el contrario, prefieres montar la nata a mano, es posible que el proceso sea más lento, pero a cambio conseguirás un volumen mayor y con menos riesgo de que se corte al finalizar el procedimiento.

“Airear” la nata

Conseguir una buena nata montada tiene mucho que ver con el aire que se logra incorporar a la mezcla. La grasa que contiene la nata es capaz de rodear las burbujas de aire cuando se bate para conseguir que esta aumente de volumen. Por este motivo, el batido debe comenzar con poca velocidad para lograr incorporar el máximo de aire a la mezcla e ir subiendo la velocidad poco a poco a medida que la nata va cogiendo consistencia.

El azúcar al principio

El azúcar es un ingrediente esencial a la hora de conseguir una buena nata montada, pero debes tener mucho cuidado en el momento de introducirlo. Este siempre debe añadirse a la nata al principio, una vez que ya hayamos batido un poco y que la mezcla comience a adquirir cierta consistencia. Debes incorporarlo siempre poco a poco, ya que hacerlo de golpe hará que el volumen de la nata se pierda.

Estabilizante

Aunque la nata sea casera, es necesario añadir algún estabilizante para que adquiera una buena consistencia y se mantenga firme durante mucho más tiempo. Se comercializa en forma de sobres y lo puedes encontrar en cualquier supermercado. Cuando la nata esté a punto de montarse deberás añadir de 10 a 20 gramos por litro de nata y seguir batiendo hasta que la nata esté lista.

Como ves es muy sencillo, pero te dejamos un vídeo explicativo para que puedas seguir la explicación.

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